¿Por qué amamos la moda flamenca?

Para empezar, porque la moda flamenca nos proporciona la imagen de una mujer empoderada. Va ligada a la sofisticación de una mujer fuerte y segura de sí misma, que conoce la belleza de su cuerpo (sean cuales sean sus medidas) y por ello decide adornarlo y mostrarse en toda su plenitud femenina enfundada en un traje de flamenca. Basta con pensar en la imagen de Penélope Cruz en La niña de tus ojos cantando «Los piconeros», para comprender que gran parte del poderío que desprende lo consigue gracias al vestido de faralaes color rojo, como la sangre, que luce.

¿Quién no se siente una mujer poderosa con un traje de flamenca ensalzando su figura?

En segundo lugar, amamos la moda flamenca porque es sinónimo de arte. Los sofisticados diseños de los vestidos, unidos a los volantes, enaguas, bordados y encajes que los ornamentan son auténticas obras maestras. Así lo demuestra el hecho de que algunos de los diseñadores más importantes del mundo de la alta costura se hayan atrevido a crear sus propios vestidos con inspiración flamenca.

¿Quién no querría llevar puesto un tesoro así?

Y en tercer lugar, porque es símbolo de nuestra cultura y tradiciones. Como si fuera una pintura de Julio Romero de Torres, la moda flamenca va unida a Andalucía, a su historia, a su música, a su danza, a su gastronomía, a sus dichos y expresiones populares y a su gente. Se ha convertido en un icono reconocido internacionalmente de la belleza y el carácter pasional y arrebatador de la mujer andaluza y, por extensión, de la española.

¿Qué mejor símbolo para representarnos que un traje de flamenca?

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